Felicidad

Nos dicen que “venimos a ser felices”, y nos dedicamos los días de la vida a “perseguir la felicidad”. Nunca estamos seguros de donde se encuentra, de como se siente o si realmente la experimentamos. Sentimos que no somos buenos cazadores de ella porque sólo alcanzamos chispazos y creemos que existe un mar de felicidad donde podemos tirarnos a flotar con ella para siempre.

Pero… he sentido la felicidad aún cuando tengo rincones que lloran, a veces con pedacitos que están enojados; he tenido felicidad que me consume y me hace sentir que no quepo en el sistema solar y otras sólo es una pequeña explosión que me es suficiente. He vivido la felicidad de muchas maneras y en muchos estados diferentes; me he encontrado feliz un 90%, melancólica un 7% y frustrada un 2% (el 1% lo dejo por la posibilidad de error en mi cálculo)

Entonces encuentro que la vida está hecha de muchas capas que juegan a llegar al primer lugar y luego esperar a pasar  a otro orden; y mientras una capa tiene el momento estelar las demás están atrás transparentándose en las demás. Así me siento en paz, sabiendo que en cualquier capa que me encuentre, la felicidad está en algún sitio, a lo mejor no ocupa el 100% pero existe… por eso dejé de perseguirla porque siempre la he encontrado, a veces más cerca y estruendosa, otras más lejos y suavecita. Bendita felicidad que vino a estar.