Cuando corro un maratón es mi pretexto favorito para festejar la vida con miles de locos desconocidos que como yo, les late el corazón fuerte en cada paso. Festejo que existamos, porque somos el más grande milagro hecho de miles de sincronías/coincidencias perfectas que suceden para que seamos en ese instante, en ese tiempo, en este cuerpo para correr 42km. Millones de coincidencias para que todo engrane; tus ganas, tu cuerpo, tu mente, tu espíritu, tu fuerza y conspiren para poder estar ahí. Festejo la magia de mi cuerpo que es infinito, poderoso y estúpidamente perfecto, que me deja correr sin parar; festejo este universo que ha hecho todo perfecto para que pueda salir, respirar, sudar y divertirme; festejo mi historia y todos los caminos que me esperan. Festejo las coincidencias de todos los demás que corren conmigo en esta vida, que nos echan porras, que sacan el cartel, que nos enseñan, que salen a vernos pasar y que en este gran viaje, cerca o lejos, son parte de mi existencia en una carrera o en todas las vueltas al sol. Festejo la vida, porque es un rayo, es una chispa, que nos permite abrazarla, amarla, odiarla, sacarle la lengua y derretirnos por ella una y otra vez. Festejo ser humano y poder dar miles de pasos junto a todas las vidas que coinciden con la mía. Gracias por hacer este maratón una perfecta sincronía, porque todos lo hicimos perfecto.
Atte. La cursi dela vida siempre y porrista oficial.
Copyright © 2024 Lunué Vivanco Muñoz