Día 9 del 2 Compañeras

Desde que llegaste el aprendizaje ha sido cosa de todos los días. Aprender a comunicarnos, a conocernos y a convivir en un mismo mundo: el de los humanos.

Aunque no lo creas, tuve conflictos en cómo enseñarte a estar en este mundo que nos inventamos los “homosapiens”, a este mundo raro al que sin preguntarte te metí.

Y entendí, que no, no soy tu dueña; que no, no tienes que hacer lo que yo diga; que no, no te tienes que parecerte a los humanos, ni tienes que aprender a actuar como nosotros (somos muchos y no funcionamos bien… super comprobado), y tampoco tienes porqué adaptarte a funcionar agradando a todos los seres como yo.

Entendí, que somos compañeras de vida, que estamos compartiendo este instante de existencia en el universo. Que lo más valioso para ti es tu experiencia de vida de perro, y para mi mi experiencia de ser humano. Que estas aquí para que disfrutes ser perro, que vivas la vida siendo lo que eres en su totalidad, al igual que yo. Que lo que más valoras tu es tu pedacito de vida, de la misma manera que yo.

Entendí que soy yo la que tiene que aprender a ser perro, porque me hace falta muchas cosas para gozar como tu. Entendí que debo enseñarte las cosas del mundo de los humanos que te van a hacer tener una experiencia perruna de vida mejor, más deliciosa y sin problemas… lo que te sirva para gozar más. Esa es mi tarea aprender de ti, y salvarte de nosotros. ja.

Tu vida no es mía, tu vida es tuya y es lo más valioso que tienes, siendo perro como eres. Mi vida está a tu ladito girando para aprender de ti y que me dejes darte millones de apapachos, y prestarme tu compañía mientras quieras estar a mi ladito.

Sé lo más perro que quieras, para que yo pueda ser la mejor humana, aprendiendo de tu perrunalidad.

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