Nacer… nos

Dejemos que la inercia nos acerque,
veamos si nos hace coincidir,
y si así nos nace…
Haz tu felicidad cerca de la mía,
y a lo mejor nos nace acercarnos un poquito más…
y si nos acercamos, puede ser que con el tiempo nos nazca poco a poco platicarnos más seguido, más constantes y así, a lo mejor nos nace saber más del otro, un poco más…
A lo mejor con eso, y la coincidencia de encontrarnos cerca, nos nace vernos, pasar las horas, ir a lugares, estar con gente, hacer planes…
Puede ser que después de compartirnos, nos nazca contarnos los secretos, esos que guardamos en los labios, en las manos, en las lunas y entre los claros de los días…
Tal vez, puede ser que entonces, nos nazca abrir las puertas, las ventanas y esas cajas donde guardamos piedras, hojas, plumas e historias…y si después de eso, nos nace vernos más seguido, a lo mejor todos los días, a lo mejor en todas las estaciones, en todos los horarios… entonces a lo mejor nos nacerá  seguir haciendo la vida, compartiendo los tiempos, los destiempos, los amigos, tu mar, mi montaña, las lluvias, el sol… las carreteras, las pausas, las tormentas, las sequías, las aguas claras y los vientos tibios..
 Entonces, a lo mejor nos nace ser parte de nuestras sábanas,  de nuestras mañas, de los sonidos de la noche en la ventana, y de los colores de los nuevos días… si después de esto, nos nace seguir explorándonos, puede ser que compartamos el café, los pasillos, los caminos, la música, los desvelos, el cereal…
y si sigue naciendo, podríamos quedarnos juntitos muy seguido, muy continuo, casi sin pausa, de diario, de todos los minutos, y así a lo mejor nos nace compartir las familias, los sueños, los ritmos, las palabras, los bailes, los silencios, las lágrimas, los calcetines, la pasta de dientes…
A lo mejor con eso, nos nace quedarnos un poco más juntos, un poco más cerquita, para seguir naciendo cada segundo, tu ahí contigo, yo aquí conmigo y juntos con nosotros para nacer siempre…
Entonces, puede ser que pasen los meses y las fiestas, y compartamos lavar los platos, comprar manzanas, apagar la luz, puede ser que después de un tiempo nos nazca la idea de nacernos, vernos florecer despiadadamente, nacer de nuevo fuera de nosotros, una vez o a lo mejor más…
Mientras pasa el tiempo, puede ser que nos nazca quedarnos juntos en el mismo lugar, compartiendo los calendarios, la palabras nuevas, los tropiezos, las rodillas raspadas, las lágrimas, las preguntas, los insomnios, las fiestas, las interjecciones, los logros, las graduaciones, los consejos, los aprendizajes…
y si de todo esto seguimos naciendo cada quien en su nacimiento… podemos quedarnos juntos, juntitos un poquito más, con las vidas un poquito entrelazadas, nacidas  las raíces un poquito más amadas, los troncos  compartiendo las grietas, los surcos  y las hojas, y entonces podría ser que sigamos naciendo y nos nazca compartir  las tazas, las caminatas, los recuerdos, las fotos, las fiestas,  compartir otra casa o no, a lo mejor nos nace inventarnos nuevos caminos y explorar nuevas ideas sumando a los demás que han nacido de nosotros, reencontrar a los amigos, reencontrarnos como en un inicio, como nacimos…
Puede ser que después de tanta historia nos nazca seguir de la mano, aguantando las mañas, escuchándonos las mismas historias, a lo mejor nos nace seguir descubriéndonos en otros años , en otros besos, encontrarnos en arrugas, en cegueras, en jorobas y en pasos lentos, en corazones expandidos, llenos de flores, jardines, latidos de olor a madera y vino…
y con el tiempo, si sigue naciendo, platicaremos a los nietos, nuestras historias, nuestros tantos millones de nacimientos…
Entonces, si todo esto pasa es porque nacimos juntos desde un inicio…
que el amor y la vida, nazca, brote como el agua, fluya como los ríos, que el sonido te acurruque, que la sensación de amar te abrace y que la felicidad que eres se multiplique cuando el amor te sepa a sol y te invada como el mar… porque si no nos nace, entonces nunca estuvo vivo.
… porque sí, quiero nacer contigo