La luz en cualquiera de sus formas tranquiliza e incomoda. La luz como el agua siempre encuentra camino para atravesar, para salir, para poner evidencia los huecos y dejar ver lo que está dentro de las sombras. La luz el silencio activo de la verdad, la otra forma de la paz, la que se encarga de iluminarlo todo para ver colores, para guardar recuerdos, para entenderlo o desentenderlo. La luz a veces es de cuidado, porque de sus partículas confusas nacen preguntas, realidades opuestas, discursos encontrados. La luz a veces complicando lo que estaba claro, haciéndonos dudar de nuestras verdades porque al verlo ya no es lo que veíamos dentro, porque al verlo la vista nos engaña para transformarlo a nuestro favor. ¿Será la sombra que ves realmente tuya o de alguien más que viaje contigo? La luz, la luz también como la sombra, como la claridad y la duda de su opuesto. La luz tan clara que se vuelve oscuridad.
Copyright © 2024 Lunué Vivanco Muñoz